Dicha ya no me habla de motivos. Solo platica de la espuma clara dentro de esta ulcera que se alimenta de zozobra y desilusión. Un monstruo vainilla que por tener un solo ojo, se esconde detrás de las lápidas de esponja que se beben el agua de mis asfódelos.
Cuento las costras que me arranco del corazón cuando escucho tus colores, mientras espero con la lengua los copos de nieve que caen perforados por alfileres.
Nadie reconoció su sabor. El mismo que tenían sus férreos hermanos los prendedores en los vestidos de las matronas en tu funeral.
(Fr. Sombras que me huelen a sangre. Sangre que me huele a sombras.)
Donc, vous comprenez que je ne suis pas humain. Soy simplemente ombre.
Las plumas de mis alas son las paredes de piedra para los muertos.
Cuando reconocerás su brillo? Entonces sabrás que son migajas de estrellas que pagaron caro el precio de la desintegración. La purga es la sed de consciencia por su leche negra.
Angustia obscena que llena de ignorancia divina las manos del cuervo, ya satisfechas de mordidas y marcas de sangre.
Hoy enterré a mi esposa para restituir mi sanidad.
Descansa en paz pequeña Dicha ya nunca te volveré a ver.
Vamos Elegía muéstrame el camino de Rencor, probablemente esté con Insomnio.
Mentí. Ahora estoy robando su cadáver para llevarlo a casa y poder verla una vez más.
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